lunes, 4 de enero de 2010

LA URBANIDAD DE SIGLO XXI




En el afán por aumentar mi librería, que compartirán conmigo todos los amantes a la literatura y a las compras compulsivas, estas navidades me he encontrado con varios libros que tratan el protocolo en todas sus vertientes.
Comencemos por ejemplo, por los de temática crítica, no sé porque se tiene que frivolizar sobre el buen hacer ni porque criticar las buenas maneras, cuando todos agradecemos que cuando vamos al supermercado, por ejemplo se nos trate con educación y respeto y eso es lo que pretenden las normas de urbanidad. Pese a esto son muchas las publicaciones que parece que pretenden tirar por tierra el saber estar.
Por otro lado cuando se habla de protocolo, se tiene una imagen rancia que casi deja relegadas sus normas a reglas palaciegas en las que no tiene cabida la mayoría de la población. Lo que no se sabe es que dentro del protocolo entran: organización de eventos, cultura empresarial, relaciones públicas, estilismo...
Con este post quiero hacer ver que hay otra literatura protocolaria, esa que está relacionada con el saber estar y saber hacer que se aleja del cientifismo y nos acerca con redacción de literatura de quiosco una aproximación al protocolo.
Centrémonos en una indumentaria particular.

Estos días las tintorerias están repletas de trajes de fiesta tanto de hombre como de mujer, la mayoría de ellos, especialmente los de caballero, repetidos año tras año, convirtiéndose ya en un clásico al igual que las uvas de la suerte. No quiero decir que cada día debamos de estrenar ropa, ni mucho menos; pero lo que si debemos tener en cuenta es que si no lo utilizamos el resto del año posiblemente sea porque no nos gusta o porque no nos sentimos cómodos. El protocolo y el estilismo se basan justamente en eso, en la comodidad, así que dejemos de encorsetarnos en trajes de chaqueta de lana barata que ni favorecen ni dan libertad de movimiento. Podemos por ejemplo, y me refiero al caso de los hombre, llevar unos pantalones con camisa y ya está, si la entrada al acto no requiere una etiqueta detallada, nos sentarán mucho mejor unos pantalones lisos con un pull over que un traje con corbata de Roger Rabit. Si finalmente nos decantamos por el traje, o el smoking. Debemos tener en cuenta que no se deben de combinar, especialmente de noche, con camisas estampadas ni por supuesto de manga corta, dejemos también a un lado las corbatas con tonos más claros que la camisa. Por último recordad que los pasadores de corbata y alfileres están ya pasados, al igual que los gemelos y cubrebotones dorados.

Por lo que respecta a la indumentaria femenina, y teniendo en cuenta que esta debe seguir los cánones que dicte la moda del momento, debemos dejar de lado las brillantinas y destellos para el pelo y el maquillaje, y no olvideis que respecto a los complementos más vale pecar de sosa que de árbol de navidad.



Cómo consejo, para el traje oscuro o pantalón negro con chaqueta de smoking, ambos con deportivas tipo new balance o adidas, para ella traje de cóctel con inspiración años 20 y zapatos con plataforma interior. Sin duda ambos looks son actuales y elegantes.




... Porque esto también es protocolo...




2 comentarios:

  1. Pensé que te había comentado... y me doy cuenta de que no. queremos más actualizaciones,jeje. Y eso es verdad, esto de la indumentaria en navidad es tema que dá para hablar muy largo...MUA

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  2. Cuánta verdad hay en la frase "es mejor pecar de sosa que de árbol de navidad"!!! Yo suelo llevar muy pocos complementos, para dar protagonismo al vestido..
    1beso!

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